En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

5° Día: “Contemplamos a Jesús en gestación, que desde el seno materno siente y se comunica”

En su gestación, Jesús, se nos muestra cada vez más expresivo y sus movimientos son cada vez más coordinados. Puede unir sus manos y  reacciona a diferentes estímulos. En sus sentidos que se desarrollan vemos cómo Dios empieza a sentir humanamente en este cuerpo de niño. Sus ojos misericordiosos empiezan a ver, su oído atento, sus manos sanadoras y su voz que será portadora de la palabra…ya perciben y reaccionan en comunicación con su Madre. En la más estrecha y perfecta relación humana y divina, que jamás haya existido. José, padre y custodio, los sostiene a ambos y participa de este intercambio. Contemplando esta comunicación de amor tan íntima y profunda desde el útero se nos revela la oración más perfecta.

Nos ilumina la Palabra de Dios: “Antes de formarte en el seno materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno yo te había consagrado” (Jer 1,5)

Nos enseña la Iglesia: “Quien acogió la Vida en nombre de todos y para bien de todos fue María, la Virgen Madre, la cual tiene por tanto una relación personal estrechísima con el Evangelio de la Vida...Al contemplar la maternidad de María, la Iglesia descubre el sentido de su propia maternidad y el modo con que está llamada a manifestarla.” (EV 102)

Para que recemos en el día de hoy:
- Que sostenidos por nuestra oración nos comprometamos a cuidar la vida
de nuestros hermanos, especialmente de los más frágiles e indefensos, como lo son los niños por nacer.
- Que nuestra Iglesia Diocesana de Buenos Aires de frutos de servicio en la promoción, cuidado y defensa de la vida humana, asistiendo a todo niño en riesgo de no nacer, a toda mamá desesperada y a todos quienes se ven
amenazados en su dignidad.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oración:
Jesús, Dios hecho Hombre en el seno purísimo de María Virgen, que en esta Navidad nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

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