En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

“CONTEMPLAMOS A JESÚS QUE NACE PARA NUESTRA SALVACIÓN”

La alegría de la vida se nos muestra en todo su esplendor y belleza en el Nacimiento de Belén. Jesús es el bebé que, pequeño y frágil, y nacido en la pobreza de un pesebre, nos tiende los brazos para ser abrazado y acogido a la vida de los hombres y para abrazar a todos los hombres. Los brazos de su Madre, la Virgen, y san José que lo acunan sean los brazos de una humanidad que, renovada en el amor, tienda sus manos para abrazar en cada niño que nace al mismo Jesús que se nos da.

Nos ilumina la Palabra de Dios: “No teman, porque les traigo una buena
noticia, una gran alegría para todo el pueblo: Hoy en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor.” (Lc 2,10-11)

Nos enseña la Iglesia: “En la aurora de la Salvación, el nacimiento de un Niño es proclamado como gozosa noticia. El nacimiento del Salvador produce ciertamente esta gran alegría; pero la Navidad pone también de manifiesto el sentido profundo de todo nacimiento humano, y la alegría mesiánica constituye así el fundamento y realización de la alegría por cada niño que nace (y por nacer)” (EV 1)

Recemos hoy para que todos nosotros encontremos en el nacimiento del Niño de Belén en esta Navidad, un sentido más pleno para agradecer, vivir y anunciar el don de la vida.

Oración:
Jesús, Dios hecho Hombre, que cada año nos alegras con la Fiesta de tu Nacimiento y nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

LA MEJOR DEFENSA DE DIOS Y DEL HOMBRE CONSISTE
PRECISAMENTE EN EL AMOR” (Benedicto XVI, Encíclica “Dios es Amor”)


Pueden descargar el saludo del Cardenal aquí

En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

9° Día: “Contemplamos a la Virgen y a San José que esperan el Nacimiento de Jesús, Dios hecho Hombre”

La Virgen y San José esperan el nacimiento de Jesús que Dios Padre les ha confiado. En la venida de este Hijo, que es la vida humana de Dios puesta a su cuidado, experimentan en plenitud los dones de la maternidad y de la paternidad. Todo en Ellos está centrado en la llegada de este Niño Santo. Y su amor, también santo, espera abrazarlo, abrigarlo para, a su vez, dejarse abrazar por Él. La unión de esta Familia Santa que espera el Nacimiento de su Hijo nos muestra el modelo perfecto de acogida amorosa de la vida. Como Familia Sagrada nos enseña cómo vivir el amor en la vida familiar para cumplir la misión de ser santuarios de vida.

Nos ilumina la Palabra de Dios: “Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre; y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue.” (Lc 2,6-7)

Nos enseña la Iglesia: “La familia es verdaderamente el santuario de la vida, el ámbito donde la vida, don de Dios, puede ser acogida y protegida de manera adecuada contra los múltiples ataques a que está expuesta...Por esto, el papel de la familia en la edificación de la cultura de la vida es determinante e insustituible. Como iglesia domestica, la familia está llamada a anunciar, celebrar y servir el Evangelio de la Vida.” (EV 92)

Para que recemos en el día de hoy:
- Que nuestras familias renovadas por esta Nueva Navidad del Señor, vivan plenamente su misión de ser comunidades de vida y amor y verdaderos santuarios de vida.
- Que nuestra Iglesia Diocesana de Buenos Aires lleve consuelo y alivio a todas las familias que sufren necesidades, las acoja en su seno y las fortalezca en su misión mostrándoles con corazón de Madre el amor misericordioso de Dios.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oración
Jesús, Dios hecho Hombre en el seno purísimo de María Virgen, que en esta Navidad nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

8° Día: “Contemplamos a Jesús esperando nacer para ser recibido y acogido a la vida en el corazón de la familia humana”

Jesús se dispone a dejar la cuna que lo cobijó durante nueve meses. El útero de su madre ha sido alimento, abrigo, amor y ternura. El mismo abrigo de amor y ternura que Jesús necesita y espera para ser recibido a la Vida en su fragilidad de niño.
Jesús percibe de los corazones de José y María ese amor. Aún siendo Dios,
sabe que necesita de su acogida y cuidado amoroso. La misma que espera de cada uno de nosotros, su familia humana, para habitarnos. Acogida y cuidado que todo hijo que llega a la vida necesita para nacer y vivir.

Nos ilumina la Palabra de Dios: “Vino a los suyos y los suyos no la recibieron. Pero a los que la recibieron, a los que creen en su Nombre les dio el poder de llegar a ser hijos de Dios.” (Jn 1,11-12)

Nos enseña la Iglesia: “ Todo hombre abierto sinceramente al bien y a la verdad...puede llegar a descubrir en la ley natural escrita en su corazón el valor sagrado de la vida humana desde su inicio hasta su fin natural (...) Por eso, toda forma de amenaza a la dignidad y a la vida del hombre repercute en el corazón mismo de la Iglesia...y la compromete en su misión de anunciar el Evangelio de la Vida por todo el mundo y a cada criatura.” (EV 2.3)

Para que recemos en el día de hoy:
- Que en nuestra Patria, nuestros gobernantes y legisladores, velen con
fidelidad por el primer derecho humano, que es el derecho a nacer y ello se vea plasmado en obras de amor y de ayuda para la vida.
- Que todo niño sea acogido con amor a la vida.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oración
Jesús, Dios hecho Hombre en el seno purísimo de María Virgen, que en esta Navidad nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

7° Día: “Contemplamos a Jesús que, desde el silencio del seno de su Madre la Virgen, se prepara para nacer”

Todo en el Cuerpo Divino de Jesús Niño crece y madura para nacer. Cada parte de su cuerpo se prepara para vivir fuera del útero de su Madre. Preparando su salida a la vida, Jesús prepara su venida y llegada a nosotros. En su naturaleza humana todo se está afinando para vivir en el mundo de los hombres que El viene a transformar. En la maduración de este cuerpo de niño en el seno materno, Jesús madura su encuentro con cada uno de nosotros para traernos Nueva Vida. Y lo hace por medio de su Madre, quien desde la gestación ya es mediadora para que Dios llegue a nosotros y nosotros a Dios. La venida de cada niño a la vida desde su gestación es, como Jesús en María, vida nueva para su mamá, para su familia y la sociedad.

Nos ilumina la Palabra de Dios: “Tú conocías hasta el fondo de mi alma y nada de mi ser se te ocultaba, cuando yo era formado en lo secreto, cuando era tejido en lo profundo de la tierra” (Sal 139,15)

Nos enseña la Iglesia: (ante las amenazas a la vida) “es urgente una
movilización general de las conciencias y un común esfuerzo ético, para poner en práctica una gran estrategia a favor de la vida. Todos juntos debemos construir una nueva cultura de la vida: nueva, para que sea capaz de afrontar y resolver los problemas propios de hoy sobre la vida del hombre; nueva, para que sea asumida con una convicción más firme y activa por todos los cristianos; nueva, para que pueda suscitar un encuentro cultural serio y valiente con todos.” (EV 95)

Para que recemos en el día de hoy:
- Que renovados en la Vida Nueva que se nos da en esta Navidad, nuestras comunidades asuman con una convicción más firme y activa en la sociedad, el desafío de construir una nueva cultura de la vida.
- Que los jóvenes sean testigos firmes y valientes del Evangelio de la Vida, proyectando sus vidas en la búsqueda de la verdad.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oración:
Jesús, Dios hecho Hombre en el seno purísimo de María Virgen, que en esta Navidad nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

6° Día: “Contemplamos la humanidad Divina de Jesús que se alimenta y crece en el seno de su Madre”

Jesús se alimenta y crece en la mejor cuna que es la profundidad del seno
materno. Su Mamá María le provee todos los nutrientes necesarios para su
crecimiento humano. Ella como Mamá también crece con el crecer de su Hijo. Es Dios mismo quien la alimenta con la fuerza de su amor divino para su crecimiento en la vida de gracia. Jesús crece para nacer, María para la
maternidad más plena y perfecta. Ambos se alimentan y crecen para enseñarnos la perfección en el amor. A imagen de Jesús, cada niño en gestación necesita del alimento de amor de sus padres para crecer y desarrollarse. Su necesidad de cuidado es a la vez, una invitación para cada mamá y cada papá a crecer cada día más en el amor.

Nos ilumina la Palabra de Dios: “Tus manos me formaron, me plasmaron... Me revestiste de piel y de carne y me tejiste con huesos y tendones. Me diste la vida y me trataste con amor, y tu solicitud preservó mi aliento” (Job 10,8.11-12)

Nos enseña la Iglesia: “...el apoyo y la promoción de la vida humana deben realizarse mediante el servicio de la caridad, ...se deben poner en práctica formas discretas y eficaces de acompañamiento de la vida naciente, con una especial cercanía a aquellas madres que, incluso sin el apoyo del padre, no tienen miedo a traer al mundo a su hijo y educarlo.” (EV 87)

Para que recemos en el día de hoy:
- Que alimentados por la Eucaristía también nosotros podamos crecer en la
firme convicción de adherir plenamente a la Vida y ponernos a su servicio.
- Que cada niño desde el mismo instante de su concepción reciba en el seno de su familia el alimento y el amor necesarios para nacer, crecer y vivir según el plan de Dios.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oración
Jesús, Dios hecho Hombre en el seno purísimo de María Virgen, que en esta Navidad nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

5° Día: “Contemplamos a Jesús en gestación, que desde el seno materno siente y se comunica”

En su gestación, Jesús, se nos muestra cada vez más expresivo y sus movimientos son cada vez más coordinados. Puede unir sus manos y  reacciona a diferentes estímulos. En sus sentidos que se desarrollan vemos cómo Dios empieza a sentir humanamente en este cuerpo de niño. Sus ojos misericordiosos empiezan a ver, su oído atento, sus manos sanadoras y su voz que será portadora de la palabra…ya perciben y reaccionan en comunicación con su Madre. En la más estrecha y perfecta relación humana y divina, que jamás haya existido. José, padre y custodio, los sostiene a ambos y participa de este intercambio. Contemplando esta comunicación de amor tan íntima y profunda desde el útero se nos revela la oración más perfecta.

Nos ilumina la Palabra de Dios: “Antes de formarte en el seno materno, yo te conocía; antes de que salieras del seno yo te había consagrado” (Jer 1,5)

Nos enseña la Iglesia: “Quien acogió la Vida en nombre de todos y para bien de todos fue María, la Virgen Madre, la cual tiene por tanto una relación personal estrechísima con el Evangelio de la Vida...Al contemplar la maternidad de María, la Iglesia descubre el sentido de su propia maternidad y el modo con que está llamada a manifestarla.” (EV 102)

Para que recemos en el día de hoy:
- Que sostenidos por nuestra oración nos comprometamos a cuidar la vida
de nuestros hermanos, especialmente de los más frágiles e indefensos, como lo son los niños por nacer.
- Que nuestra Iglesia Diocesana de Buenos Aires de frutos de servicio en la promoción, cuidado y defensa de la vida humana, asistiendo a todo niño en riesgo de no nacer, a toda mamá desesperada y a todos quienes se ven
amenazados en su dignidad.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oración:
Jesús, Dios hecho Hombre en el seno purísimo de María Virgen, que en esta Navidad nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

4° Día: “Contemplamos la Divinidad de Dios que toma forma en cada órgano del cuerpo humano de Jesús”
En su quinta y sexta semana de vida humana, el cuerpito de Jesús empieza a formarse y a crecer vertiginosamente. Toda la potencia creadora del amor de Dios toma forma en cada órgano de su cuerpo. Es el tiempo en la que cada órgano, miembro de su Cuerpo Divino, se forma para ejecutar las funciones que posibilitarán que este Dios niño al nacer y crecer pueda cumplir su Misión Salvadora.
Así en cada niño en gestación, creado a imagen y semejanza de Dios, contemplamos su obra divina y su llamado a cumplir una misión “única y exclusiva” en su plan de amor.

Nos ilumina la Palabra de Dios: “ Tú creaste mis entrañas, me plasmaste en el seno de mi madre: te doy gracias porque fui formado de manera tan admirable. ¡Qué maravillosas son tus obras!” (Sal 139,13-14)

Nos enseña la Iglesia: “...tantas páginas bíblicas que con respeto y amor hablan de la concepción, de la formación de la vida en el seno materno...¿cómo se puede pensar que uno solo de los momentos de este maravilloso proceso de formación de la vida pueda ser sustraído de la sabia y amoroso acción del Creador y dejado a merced del arbitrio del hombre?” (EV 44)

Para que recemos en el día de hoy:
- Que al contemplarte formándote humano, nos descubramos nosotros
criaturas creadas y formadas a tu imagen y semejanza, gloria de Dios viviente.
- Que la sacralidad de tu pequeño Cuerpo Divino nos lleve a valorar y
dignificar nuestro cuerpo humano como templo vivo de Dios para llevar a cabo nuestra misión de vivir en el amor.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oración:
Jesús, Dios hecho Hombre en el seno purísimo de María Virgen, que en esta Navidad nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

3° Día: “Contemplamos la primera manifestación de Jesús, aún no nacido”

En el seno materno Jesús embrión está en constante movimiento. Ya tiene su propia sangre, separada de la de su madre pero íntimamente unidas en un torrente de vida y amor que se unen. María experimenta en los cambios de su cuerpo la fuerza de la Vida Divina que habita en ella y que la impulsa a salir y anunciar la Buena Noticia de Dios vivo. Ambos, Jesús en María y María con Jesús, translucen la presencia divina que Isabel reconoce y abraza y su hijo, aún no nacido, percibe y celebra. La manifestación de Jesús desde el seno materno, como la llegada de cada niño a la vida, es expresión viva del amor de Dios que se irradia a todos los hombres,

Nos ilumina la Palabra de Dios: “Apenas, Isabel oyó el saludo de María, el  niño saltó de alegría en su seno” (Lc 1,41)

Nos enseña la Iglesia: “ El valor de la persona desde su concepción es celebrado más vivamente aún en el encuentro entre la Virgen María e Isabel, y entre los dos niños que llevan en su seno. Son precisamente ellos, los niños (aún no nacidos) quienes revelan la llegada de la era mesiánica” (EV 45)

Para que recemos en el día de hoy:
- Que sepamos reconocer en cada hermano nuestro la presencia de Dios
Vivo.
- Que estemos prontos como María, tu Madre, a ser portadores de tu amor
y salir al encuentro de toda madre embarazada que, en su dificultad, no puede reconocer el valor de la vida de su hijo.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oración:
Jesús, Dios hecho Hombre en el seno purísimo de María Virgen, que en esta Navidad nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

2° Día: “Contemplamos el Corazón Divino de Jesús que comienza a latir”

Anidado en el útero de su Madre, la Santísima Virgen, el Corazón Sagrado de Jesús embrión empieza a formarse y a latir “humano”. La grandeza de Dios se nos muestra en un pequeñísimo embrión de dos milímetros y su amor infinito e inconmensurable, condensado en un corazoncito aún más pequeño. Así está Jesús recién implantado en el útero materno.
Como Jesús en María, cada hijo en el útero de su Madre encuentra el lugar de amor y protección perfecta diseñada y escogida por Dios Creador para que la vida humana crezca y se desarrolle hasta el momento de nacer.

Nos ilumina la Palabra de Dios: “Vengan a mí los que están afligidos y
agobiados, y Yo los aliviaré. Carguen sobre ustedes mi yugo y  aprendan de mí, porque soy paciente y humilde de Corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana.” (Mt 11,28-30)

Nos enseña la Iglesia: “¡Qué grande es el valor de la vida humana si el Hijo de Dios la ha asumido y ha hecho de ella el lugar donde se realiza la salvación para toda la humanidad!” (EV 33)

Para que recemos en el día de hoy:
- Que al contemplarte en tu ser embrión en el útero de tu Madre, sepamos
reconocer y valorizar el don de la maternidad y en ella, la maravillosa  misión de la mujer de ser portadora y dadora de vida en sus entrañas.
- Que tu Corazón Sagrado que recién comienza a latir desbordante de
amor en su pequeñez, nos permita reconocer el llamado a vivir en el plan de amor que Dios tiene para cada hijo suyo.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oración:
Jesús, Dios hecho Hombre en el seno purísimo de María Virgen, que en esta Navidad nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

En el Niño que nace en Belén, celebramos el valor sagrado de la Vida

Hoy empieza la novena de Navidad... por eso les proponemos que a lo largo de estos 9 dias podamos ir preparándonos para que esta Navidad sea un encuentro nuevo con el Niño de Belén antes de su Nacimiento (no nos va a llevar más de 5 minutos!!!)
Cada día vamos a intentar descubrir el valor de la vida humana en todo su esplendor contemplando a Jesús, durante su concepción y gestación en el seno de la Virgen Madre y en su Nacimiento.
Y nos propondremos revivir nuestro propio proceso de llegada a la vida, para así, revalorizar el don recibido y celebrarlo con un gozo renovado en nuestras propias vidas y la de nuestros hermanos.
Que Jesús nos ayude a redescubrir el regalo de la vida de cada niño desde que es concebido en el seno materno. Y que con un corazón agradecido y renovado ante la Nueva Vida que se nos da en esta Navidad, podamos CELEBRAR Y ANUNCIAR EL VALOR SAGRADO DE LA VIDA HUMANA EN EL SERVICIO del EVANGELIO DEL AMOR DE DIOS Y DE LA VIDA.

1° día: “Contemplamos la Concepción de Jesús en María Virgen”

Así quiso Dios realizar la Salvación de la humanidad, haciéndose hombre. Dios decide iniciar en su mamá María el proceso natural de gestación de la vida del hombre en todo su desarrollo. En su concepción comienza a recorrer el proceso de vida como todos nosotros, desde su inicio, para sellarla con su amor divino y consagrarla a Dios. En Jesús concebido reconocemos el valor inconmensurable de cada niño concebido que replica su imagen.

Nos ilumina la Palabra de Dios: “Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo” (Lc 1,31-32)

Nos enseña la Iglesia: “El Hijo de Dios, con su Encarnación, se ha unido, en cierto modo, con todo hombre. En efecto, en este acontecimiento salvífico se revela a la humanidad no sólo el amor infinito de Dios que tanto amó al mundo que dio a su Hijo único, sino también el valor incomparable de cada persona humana.” (EV 2)

Para que recemos en el día de hoy:
- Que al contemplarte concebido en tu primer sagrario que es María,
podamos reconocer y respetar el valor sagrado de la vida desde el momento de la concepción.
- Para que sepamos proclamar y defender en toda circunstancia el carácter
inviolable de la vida humana del niño concebido.

Padre Nuestro – Ave María – Gloria

Oración:
Jesús, Dios hecho Hombre en el seno purísimo de María Virgen, que en esta Navidad nos regalas nuevamente tu Vida, haz que todos los que creemos en Ti descubramos el valor sagrado de toda vida humana desde que es concebida y sepamos vivir y anunciar con la tierna firmeza del amor tu Evangelio de la Vida a todos los hombres. Te lo pedimos a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amén.

Asado Comunitario!!

El sábado 4 de diciembre tuvimos la oportunidad de vivir, como comunidad, un momento muy lindo. Luego de un año colmado de bendiciones, y dándole Gracias al Señor por tantos regalos que nos hizo y nos sigue haciendo, quisimos estar en torno a la mesa, compartiendo la alegría de estar juntos.
Te damos gracias Señor por hacernos parte de esta comunidad... gracias por llamarnos a ser Misioneros de los Sagrados Corazones!! 
Virgencita, segui cuidando, acompañando y abrazándonos!!!