8º día - "Orden Sagrado y Consagrados para la Misión"

Este viernes 17, fue para toda nuestra Comunidad un día de oración (sobretodo durante la adoración Eucarística y el rezo del Rosario) por las vocaciones de especial consagración, particularmente para la misión. No puede ser de otra manera, toda vocación arranca de la vocación a la vida y, desde el momento de recibir el sacramento del Bautismo, es una con-vocación a la misión, a salir fuera de sí para los demás. La presencia de la Santísima Trinidad en el bautizado debería ser una “explosión de amor” que hace salir de sí para manifestar ese amor inmenso, maravilloso y transformador de Dios a todos los hombres. Ya nos lo decía San Cayetano Errico: “…somos colaboradores de los Sagrados Corazones, para hacer conocer a todos los hombres ese Divino Amor”
Igualmente el Padre Carlos Parravizzini, Vicario General de la Diócesis de San Miguel, que presidió nuestra Eucaristía, continuó animándonos a vivir la vocación recibida con alegría, porque el gran don de la presencia de Dios en nosotros tiene que ayudarnos a vivir con gozo nuestra vida, nuestro ser cristiano. Sus palabras entusiastas nos recuerda lo que dijeron nuestros Obispos en Aparecida “lo mejor que pudo pasarnos en la vida es conocer a Jesucristo… y la mayor alegría es anunciarlo...”
Después de la Misa, se tuvo la Vigilia de oración por el 3º Encuentro de Grupos Misioneros, que tendrá lugar dentro de 15 días, en la Diócesis de San Miguel y cuyo lema es “discípulos misioneros, aquí y más allá de las fronteras”...


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