Por la tarde tuvimos la bendición de los uniformes de los estudiantes de la escuela de enfermeria, que quieren poner su vida y su ministerio en las manos de Nuestra Madre Dolorosa, para que, siguiendo su ejemplo, también ellos puedan estar al lado de la cruz de tantos hermanos que sufren.
En la misa celebramos la Exaltación de la Cruz, pidiéndole a Dios la gracia de poder descubrir y experimentar su inmenso Amor que nos salva y acompaña en el caminar cotidiano de nuestra vida, y que nos dé la fuerza para testimoniar, contarlo, vivirlo en medio de nuestros hermanos, para ser constructores del Reino.
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